miércoles, 15 de febrero de 2017

Kamikazes



Vivíamos como si fuésemos a ser uno de los grandes
cuando cada vez era más evidente nuestro fracaso.
El mundo
el techo
y los años se nos caían encima.
El mundo
ese mundo que no entendían ni los cabrones que lo inventaron para lucrarse
como para entenderlo nosotros, pobres chiflados
dejándonos la vida
por una dosis de polvo de olvido
por un gramo de luz
por un trago de muerte o de catarsis.
Corrían tiempos difíciles, decían los expertos
y nosotros sin saber muy bien para dónde corría el viento
poliadictos, multidelincuentes,
artistuchos,
o simplemente gilipollas rodeados de gilipollas
ahogándonos en un vaso de plástico
y la isla de basura
inmensa
en mitad del pacífico
creciendo como un monstruo hambriento
que al final nos devoraría a todos
como para perder el tiempo estando sobrios.
Corrían tiempos extraños:
los tiempos de la poshistoria y la turbotecnología,
los tiempos del hiperrealismo y la infradecadencia,
Belén Esteban planeaba invadir Polonia
y el futuro de la especie dependía de que no se colgara el Tinder.
Corrían otros tiempos, raros
el mundo se caía a cachos
Dios hacía tiempo que había dimitido
y yo me dedicaba a hablar del presente en pasado.
Vivíamos en el tiempo del cáncer y la comida precocinada,
en el mundo de los aerosoles y la energía nuclear,
de la Viagra, la electrocumbia y la fotodepilación láser.
Y las selvas amazónicas menguando, como una calva precoz,
como mi calva
y los países subdesarrollados,
esos parques temáticos de guerra muerte y miseria
cada vez más manchados de sangre
la misma sangre que manchaba los trajes impolutos de los salones impecables de Chicago o París, o yo qué sé, digamos que Pequín.
Vivíamos como si fuésemos a vivir por los siglos de los siglos,
O al menos a ser recordados
Como lo cierto es que cada vez estábamos un poquito más muertos.
Nos dábamos aires de rockstar,
Al más puro estilo Mike Jagger, farsantes,
o de poeta maldito, como el imbécil de Baudelaire,
niños de mamá, mierdosos,
caminando hacia la tumba con paso seguro, kamikazes,
como los mártires del islam que tumbaron las torres gemelas.


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