martes, 21 de febrero de 2017

Volver a casa



No puedo volver a casa.
No recuerdo el camino
ni mi nombre
No puedo volver a casa
por si me encuentro contigo
o conmigo
en esa tumba llena de espejos
en que las paredes avanzan inexorablemente hacia el centro
recortando el vacío
ahogándome.
No puedo volver a casa
tengo miedo a las sombras
y a dormir
y a las telarañas que me trepan los párpados mientras sudo hielo
entre sábanas mohosas y hediondas
llenas de restos de soledad, esperma y desesperanza.
No puedo volver a casa
porque si no
después de cuatro días sin dormir
sin ganas de vivir y mucho menos de reírle las gracias
al primer gilipollas con droga
y menos de bailar
o de tener una conversación que exija de mí el más mínimo esfuerzo
sin ganas de nada (de verdad, creo que me estoy muriendo)
desorbitado, perdido, triste
lo hubiera hecho.

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