No puedo volver a casa.
No recuerdo el camino
ni mi nombre
No puedo volver a casa
por si me encuentro
contigo
o conmigo
en esa tumba llena de
espejos
en que las paredes
avanzan inexorablemente hacia el centro
recortando el vacío
ahogándome.
No puedo volver a casa
tengo miedo a las
sombras
y a dormir
y a las telarañas que
me trepan los párpados mientras sudo hielo
entre sábanas mohosas y
hediondas
llenas de restos de
soledad, esperma y desesperanza.
No puedo volver a casa
porque si no
después de cuatro días
sin dormir
sin ganas de vivir y
mucho menos de reírle las gracias
al primer gilipollas con
droga
y menos de bailar
o de tener una
conversación que exija de mí el más mínimo esfuerzo
sin ganas de nada (de
verdad, creo que me estoy muriendo)
desorbitado, perdido,
triste
lo hubiera hecho.
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