Salgo de tu casa cierro despacio la puerta
inspiro hondo un momento antes de darme la
vuelta
expiro
apenas cabe un instante entre el ahora y
el último beso
que nos dimos
y repaso tranquilo con la mirada las
fachadas de la calle
las calzadas que saludan a la aurora los
postigos firmes en su formación
las contraventanas las macetas los
primeros rayos de sol de la mañana.
Apenas hace una nada que estaba en tu cama
desperezándome
viéndote vestirte asistiendo arrullado a
tus ritos cotidianos
remoloneando entre las sábanas aun
empapadas del placer de anoche.
Apenas nada.
Y voy andando hacia mi casa tan cerca a la
vuelta de la esquina
y yo sin saberlo
abro la puerta subo las escaleras como el
que levita
me siento
en el sillón desvencijado que me espera en
el salón junto a la mesa
en la que apoyo el ordenador, algún boli,
papeles garabateados y un vaso vacío
estoy como en una nube recuerdo que hace
apenas un suspiro estábamos juntos
y no me lo creo.
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